sábado, 27 de septiembre de 2008

Cry Baby!!!

llora nene
Llora Nene

Llora nene, llora nene, llora nene,
Cariño, bienvenido de nuevo a casa,
Ya sé que ella te dijo, cariño,
Ya sé que ella te dijo que te amaba mucho más que yo
Sí, lo único que sé es que ella te dejó
Y tú juras que no sabes por qué,
Pero sabes, cariño, que siempre, siempre estaré cerca
En caso de que me quieras,
Vamos y llora, llora nene, llora nene, llora nene,

Oh, cariño, bienvenido de nuevo a casa
¿No sabes, cariño, Que nadie te amará nunca como yo trato de hacerlo?
¿Quién aliviará todo tu dolor, cariño, y también toda tu angustia?
Pero si tú me necesitas, sabes que siempre estaré cerca
En caso de que me quieras, vamos y llora, llora nene,
Llora nene, llora nene, como siempre dices que haces

Y cuando vagabas por todo el mundo, chico,
Decías que tratabas de encontrar el final del camino,
Después podrías descubrir que el camino acaba en Detroit
Cariño, el camino también puede acabar en Katmandú,
Puedes ir por todo el mundo
Tratando de encontrar algo que hacer con tu vida, nene,
Cuando en realidad sólo has de hacer una cosa bien
Sólo tienes que hacer una cosa bien en este mundo,

Nene, tienes una mujer esperándote aquí
Lo único que tienes que hacer
Es ser por una vez un buen hombre con una mujer
Y ese será el final del camino, nene
Sé que tienes más lágrimas para compartir, nene,
Así que vamos, vamos, vamos, vamos, vamos,
Y llora, llora nene, llora nene, llora nene,

Oh, ¿nunca te sentiste un poco solo, querido?
Quiero que vamos, que vamos ahora con tu mamá
Y si alguna vez quieres un poco de amor de una mujer
Ven y nene, nene, nene, nene, llora nene.


... y lloré con esta canción, no sé si fué porque entendia, aunque no supiera lo que decia, quizá lo entendió mi corazón, talvez fue su voz que acaricia, que atrapa, talvez hoy necesitaba llorar.
ya entiendo porque muchos te admiran y te quieren Janis, gracias por estar aquí, en esta canción y con el consuelo de tu voz.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Señales

Algo se rompe dentro,
nada será igual,
nada será distinto

no te das cuenta,
no sólo porque no lo ves,
también porque no lo sientes

esta ahí y su rumbo ha cambiado
está escrito

yo también te vi venir a ti,
tristeza...

miércoles, 17 de septiembre de 2008

EL ELEGIDO

Hola!
bueno antes que lean este relato, voy ha hacer una pequeñísima introducción, este cuento (si asi podemos llamarlo) fue el primero que escribí (en el 2003), no ha variado mucho desde ese entonces, he preferido mantenerlo así, para recordarme el inicio y el descubrimiento de un nuevo mundo para mí...
Me animé a publicarla, ya que le conté la existencia de esta historia a mi mejor amigo: Juanjo, asi que aquí esta para que puedas leerla y no te quedes con la curiosidad.
Ah! y claro que también para todos los que me visitan y me leen, espero que les guste...
Un abrazo.


Sin saber Cómo, y haciéndose muchas preguntas, ¿Cómo estaba ahí?, no recordaba aquel lugar, no sabía si alguien lo había traído; pero ahí estaba, de pie, en la acera de esa desconocida calle.
La densa neblina, aquel frío entumecedor y ese extremo silencio, desconcertaban mucho a Orlando, a pesar de que le costaba aceptarlo, la atmósfera le producía un temor extraño, y a la vez, ansiaba seguir sintiendo recorrer poco a poco el miedo por su ahora gélido cuerpo.
Iba a dirigir su mirada hacia su brazo izquierdo; derrepente recordó haberse quitado el reloj y haberlo dejado en la mesa de noche de su dormitorio, por un impulso del cual él mismo se sorprendió, volvió su mirada hacia su muñeca izquierda, y… ¡ahí estaba!, el reloj de bordes negros con las manecillas pronunciadas, recordó entonces cuando su hermana menor se lo dió como obsequio cuando cumplió 20 años, tenía un gran valor sentimental, desde aquel día habían pasado ya más de dos años.
Después de estos fugaces recuerdos, reaccionó: ¡Eran las 3:35am!, debía regresar pronto a casa, pues no era nada seguro mantenerse ahí; pero no sabía donde estaba, ni mucho menos como regresar. Echó otra ojeada a su alrededor en busca de algo que le sea familiar, aquella calle estrecha tenía un afiche pegado que anunciaba un concierto, comenzó a leerlo, por la fecha indicada ya había sido realizado y los grupos musicales que se presentaron no eran conocidos o al menos él nunca había oído hablar de ellos, el lugar donde se realizó también era completamente desconocido.
Mas allá observó un aviso de un partido político que no conocía, además la fotografía y el nombre del candidato representante tampoco le fueron familiares, se trataba de elecciones presidenciales, ¿fue hace un año atrás?, era muy confuso, las anteriores elecciones fueron hace cuatro años y sólo faltaba uno para las próximas, ahora un mayor temor comenzó a invadirlo.
Con pasos apresurados se dirigió al umbral que se encontraba al final de la calle, ahí pudo observar incrustado sobre la ultima pared, un pequeño rectángulo de mármol con letras diminutas y borrosas, una inscripción que decía: “Calle de las Gárgolas”.
Orlando mas extrañado aun, jamás había imaginado que una calle tuviera aquel nombrecito. Se divisaba no muy a lo lejos una gran avenida, volvió a caminar en esa dirección, sentía que cada paso que daba se encontraba más lejos de la avenida, su corazón latía fuertemente, lo acompañaba un presentimiento extraño, un nudo en la garganta no lo dejaba respirar, su boca se encontraba seca y un sudor frío recorría sus sienes.
De pronto, de una de las callejuelas que se encontraban en el camino antes de llegar a la avenida, salió a su paso un hombre de un aspecto repugnante, estaba vestido con andrajos, el cabello y la barba larga, de ojos pequeños y una dentadura completamente podrida.
Orlando estaba paralizado, no sabía si avanzar o retroceder, la mirada de aquel hombre y su sonrisa maliciosa lo aturdían.
- Hola Muchacho – dijo el desconocido - sin borrar aquella sonrisa siniestra de su rostro. Orlando titubeó antes de contestar, por un momento pensó que ya no era un niño y aquel viejo mendigo no le podía hacer daño, porque él le llevaba ventaja en fuerza y rapidez, aun así, no lo abandonaba aquel miedo infantil.
- Hola – dijo Orlando, el extraño sonrió una vez más y preguntó: ¿Qué hace un chico por aquí a esta hora… y solo? - Orlando no sabía que responderle.
- ¿No sabes como estas aquí? - volvió a preguntar el viejo. Orlando tratando de contestar con naturalidad, dijo: - pues, es verdad, no se como llegué aquí, estoy desorientado y…- miró nuevamente el reloj - ¡Eran las 4:20am!, continuó diciéndole: - …es muy tarde y debo llegar lo antes posible a casa o se preocuparan por mí, le agradecería mucho si me dijera en que lugar me encuentro y, ¿cómo podría llegar a… - La fuerte carcajada del anciano lo interrumpió – Muchacho, Muchacho - le dijo, mientras movía la cabeza de un lado para el otro, en señal de negación.
El mendigo volvió a hablar: - Bienvenido al bajo mundo, donde tus pesadillas son reales, espero que disfrutes tu eterna estancia. - estas fueron las últimas palabras del anciano. Durante un par de segundos, Orlando se quedo con la mente en blanco. Cuando volvió en sí, el mendigo había desaparecido, Ahora estaba solo.
Lo que Orlando acababa de escuchar parecía haber sido sacado de alguna película de terror, ¡debía ser un sueño! ¡Esto no podía estar pasado!, se dió un peñisco, le dolió; pero no despertó. Las fuerzas comenzaron a escapársele, su corazón a dar latidos dolorosos y el cerebro a hincarle, como asquerosos parásitos, se retorcían sus pensamientos dentro de su candente cráneo, que de un momento a otro explosionaría. En un estado casi de locura, deseó despertar de aquel maldito sueño.
¿Qué le esperaba? ¿Qué no sabía y le provocaba tanto pánico? era algo incierto; pero sea lo que fuere, solo le quedaba seguir.
Ahora estaba mas cerca de la avenida, poco a poco sus pasos sonámbulos lo habían trasladado hacia el lugar exacto, se encontraba parado en frente del pórtico de una gran casa, afuera de ella se hallaba un tipo pálido, de mediana estatura y llevaba puesta una camiseta con capucha. Orlando trató de esquivar las constantes miradas lanzadas por aquel individuo y avanzó con rapidez.
En su recorrido por la avenida pudo percatarse de miradas hurañas que se escondían tras las cortinas de las silenciosas casas. La caminata se estaba haciendo mas larga de lo que había pensado, fue entonces cuando pensó en seguir por una calle contigua a la avenida, volvió a mirar su reloj ¡Eran diez minutos para las 6:00am! ¡Debería estar amaneciendo!; pero no veía por ningún lado asomarse el sol ¿Qué era lo que realmente estaba pasando? La angustiante impaciencia se estaba apoderando cada vez más de Orlando.
Caminó por la desértica calle, observó el mismo rectángulo de mármol, esta vez decía: “Calle de los Decapitados”, Orlando no sabia si echar a reír, era absurdo, estúpido, aquel sueño del que debería estar formando parte, era de lo mas patético.
Mientras avanzaba por la calle sombría y tenebrosa, pensó que no debería extrañarle lo que viera, pues, al parecer todo lo extraño en aquel lugar, era habitual.
De pronto, Orlando sintió que estaba siendo observado, volteó a mirar en todas las direcciones; pero no vió a nadie ¿Seria una alucinación más? Un escalofrío comenzó a recorrer su cuerpo, el estomago se le revolvió, sus pasos ahora estaban siendo mas rápidos, prácticamente estaba corriendo, ya lo hacia y sin detenerse buscaba una salida. Alguien o algo estaba disfrutando de su miedo.
Por fin, la puerta de una gran casa estaba abierta, era su oportunidad, Orlando se disponía a entrar corriendo, cuando de un crudo golpe, la puerta se cerró en frente de el.
Una voz que provenía de atrás dijo: - No esta bien entrar en donde no has sido invitado.
Orlando no quería voltear, estaba petrificado, algo le decía que esta vez no era un anciano mendigo.
- Orlando, disculpa por no haberte dado antes la bienvenida como mereces – se escucho decir de la misma voz.
- Ahora te invito a pasar a mi morada – la puerta se abrió, un gran salón sin luz estaba a la vista, en uno de sus sillones se encontraba alguien sentado, Orlando no podía ver quien era, ni quería.
El sonido de unos pasos, dieron a entender que había dejado el sillón, y ahora estaba de pie, caminando en dirección hacia donde estaba Orlando.
Mientras se acercaba mas, la escasa luz de la calle, ya podía hacer algo visible la figura de aquel hombre. Llevaba puesto un saco largo de cuero y botas, sus ojos negros vacíos y cansados estaban dotados de una mirada penetrante, la piel curtida por el paso de los años, pero a la vez desbordada de una juventud inimaginable, la cabellera larga y abundante.
- Mi nombre es Raynos, ahora yaces bajo mis dominios, ¿Tienes alguna pregunta que hacerme? Orlando no podía articular palabra alguna. - Un sueño, debe ser un sueño quiero despertar, era lo que se repetía para si mismo.
- Lamento decirte que no es así, este no es un sueño, y si estas aquí es porque así lo quisiste – aun estupefacto, Orlando pudo decir: - ¿Qué es lo que dice? ¿Yo quise estar aquí? ¡Lo que menos quisiera es estar en este lugar!
- ¿Has olvidado acaso las veces en que pediste a gritos dejar el mundo en el que habitabas?, deseabas otra vida donde tu serias el fuerte y poderoso, ¿Acaso no quisiste escapar de la incomprensión de tu familia y de aquellos que se burlaban de ti, que te minimizaban? Yo te escuché, he visto tu furia reprimida, me he alimentado de tus ansias, y he querido complacerte mi chiquillo.
Todo cuanto ves, me pertenece, esta es: Gehenna; la ultima ciudad, un mundo perdido que hace poco obtuve para mí y mis vástagos. Deberías sentirte afortunado, entre muchos mortales, te escogido a ti para que seas mi hijo y como padre generoso, te concederé lo que has pedido: Poder.
Durante un breve momento Orlando pensó si era esto lo que el había esperado durante toda su vida: ser inmortal.
Luego de recibir el abrazo de Raynos y convertirse en uno más de sus vástagos, podía sentir recorrer una fuerza descomunal por su cuerpo, su odio reprimido y sus más oscuros pensamientos, por fin habían sido liberados.


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Ha pasado mucho desde el eterno sueño de Orlando, y ahora entre vástagos, uno a uno se están eliminando en busca de más poder. El clan de Raynos dentro de muy poco habrá desaparecido.
Orlando como hijo predilecto, a vuelto al mundo del cual una vez formó parte, mientras viaja en un tren, recuerda con dificultad su vida de mortal; pero es demasiado tarde para lamentarse, ahora tiene una misión: mantener pura la estirpe de Raynos, su padre.


jueves, 11 de septiembre de 2008

Una Carta y un Poema

PARA EL CHICO MAS LINDO DEL MUNDO:
Quisiera empezar diciendote lo mucho que te quiero pero al escribirlo se vuelve vacío, entonces diré lo mucho que te amo, pero aún así siento tan pequeña esa frase para todo lo que llevo dentro, agregaré lo importante que eres en mi vida, pero resulta ser que te has convertido en mi vida y en mi mundo y yo giro a tu alrededor.

No hay día que no despierte susurrando tu nombre ni hay noche que no termine con un suspiro volando hacia tí y quiero que sepas que mis noches y mis días son distintos desde que te ví brillar, desde que tu sol amaneció para mí y tus estrellas brillaron colándose por mi ventana.
Y es que no me basta con decirte que te quiero, que te amo, que te sueño, que te pienso todo el tiempo, ni basta con decirte que, te has convertido en la razón de mi vida.

Agregaré que eres el chico mas lindo del mundo, porque eres más dulce que un algodón de azúcar, que tu boca tiene el sabor de todos los caramelos y es qué, eres el chico mas lindo del mundo, por tus ojos preciosos, que brillan y son capaces de danzar armoniosos, cautivándome con cada parpadeo.

Y es que eres el chico mas lindo del mundo, dandome tu voz la paz y despertando como un trueno que apaga hasta los silencios, y sigues siendo el chico mas lindo del mundo, porque sabes callar y entre silencios me hablas, me cantas y me haces reír.

Entonces después y antes de todo aquello, te convertiste en mi chico, el más lindo del mundo, del universo!!! porque en tí encontré más de lo que esperaba, mucho más de lo que imaginaba y lo mejor es qué, me esperaste también, siendo un buen chico a pesar de que yo no haya sido tan buena chica...

Sé que todo esto no basta para describir lo especial que eres, ni para que te enteres de todo lo que siento, ni tampoco basta con decirte que te amo, porque al terminar de decirlo te amo mucho más y denuevo más... Emilio te amo infinitamente y aún más allá de eso... ahora ya lo sabes.




UN POEMA:

Has Vuelto!!!
(Lo escribí hace mucho tiempo, pero hoy mas que nunca te pertenece)


Has vuelto después de tantas madrugadas,
De tantas noches largas
Has vuelto como fantasma en la casa,
Traspasando las paredes satinadas.

Has vuelto cubriendo la noche de estrellas,
Acabando otoño, llegando primavera
Has vuelto trayendo esperanzas,
Pintándolas de rojo en mis ventanas

Has vuelto escurriendo tristezas,
Apagando velas de nostalgía
Has vuelto cantando mañanas,
Espantando las noches solitarias

Has vuelto con esa tu magía,
Cautivando mi alma
Has vuelto a ser mi poesía,
La otra mitad de la naranja.



*Hoy es un día muy importante, es un mes más junto a tí mi principito, gracias por estar conmigo, por ser mi alegría y por todo el amor que me das.

lunes, 8 de septiembre de 2008

No sé que son ni a donde me llevan,
no se en que momento dejo de ser yo
y se apodoran de mi cama,
de mi almohada, de mi alma...

ni se como se ven, cuando toman mi cuerpo o el suyo
o son las sombras en la pared que oscurece
y vivo intensamente sin saber mi historia
perdiendo mi identidad, siendo de todo,
y siendo esa nada insignificante

entonces se mezclan en mi cabeza
y se escudriñan por mi piel
y entierran sus uñas, traspasando mi pecho,
quemando lentamente,
avanzando ansiosamente, sumergiéndose...

hoy que esta claro, que han escapado,
después de poseerme en mi propio lecho,
y yo escapado junto con ellos,
porque soy denuevo la que encierro por las noches
detrás de mi espejo.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Lagrima

Vacio, confusión,
desorden, ebullisión,
silencios, esperas
lamentos, remordimientos...

escribes, hablas,
bromeas, ries,
denuevo silencios,
denuevo esperas...

necesidad, soledad,
tristeza, desesperanza
angustia, miedo,
denuevo necesidad y soledad...

una lágrima se asoma
silencios, esperas,
escribes, hablas,
una mejilla húmeda,
un vacio, soledad,
mi boca sabor a tristeza...

una lágrima silenciosa,
muda y sordida,
que no encontró consuelo,
que no encontró el por qué...

y que se ha perdido hoy,
entre tantas palabras,
entre tanta distancia
y detrás de una pantalla...